“¿Cuánto duele el parto?”

Maternando Piel con Piel
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Si escuchamos las distintas narrativas de parto, nos damos cuenta de que cuando aparece la palabra “dolor”, esta no es descrita de la misma forma por cada madre: El dolor no es igual para todas las mujeres, cada una lo experimenta de una manera distinta.

¿De qué depende sentir más o menos dolor en el parto?

El parto es un proceso natural y fisiológico que forma parte de la naturaleza de la mujer, de su diseño perfecto que la hace capaz de gestar, parir y criar a su bebé. El proceso de parto está diseñado para ser tolerable, ya que de ello depende la especie humana. La naturaleza no te dará nada que no puedas gestionar y tolerar con tus propios recursos, ya que para seguir adelante, la especie humana requiere que sigamos teniendo bebés, por lo que la naturaleza te tiene que ofrecer una experiencia incluso gratificante, de lo contrario, nadie repetiría la experiencia de ser madre y la especie humana se hubiera extinguido hace tiempo. 

De hecho, existen narrativas de experiencias de parto sin dolor, incluso experiencias de partos muy placenteras, orgásmicas. 

En nuestro taller “Prevención y alivio del dolor en el parto”, hablamos de que este proceso natural de parto requiere de un equilibrado trabajo hormonal (entre oxitocina, catecolaminas y endorfinas) para progresar de la forma más natural, ofreciéndote una experiencia gratificante, y a su vez, esta perfecta producción hormonal necesita ser estimulada en tu cerebro. ¿Cuál es el estímulo que utiliza la naturaleza para activar esa producción de hormonas necesarias para el parto? el dolor. 

Pero este dolor va a ser el mínimo fisiológico requerido para que el parto fluya, un dolor intenso pero tolerable, una sensación que es provocada con cada contracción uterina, desencadenada por ese trabajo hormonal  tan perfectamente diseñado que te acercan cada vez más al momento de encuentro con tu bebé al otro lado de la piel. Un dolor que se describe como sensación intensa, como fuerza, como instinto animal que nos conduce satisfactoriamente a tener a nuestro bebé en los brazos, pero nunca como sufrimiento.

Este trabajo y equilibrio hormonal puede ser interferido de forma negativa, haciendo que la producción de hormonas se altere, y con ello también lo haga el parto: se detiene, no progresa, se complica y la experiencia, que ha sido diseñada para ser satisfactoria, se vuelve difícil para mamá y bebé. Con ello aumenta el dolor, una sensación que era intensa, pero tolerable y necesaria, se vuelve mucho más difícil de soportar, experimentamos un parto doloroso y así lo transmitimos a otras madres.

Al dolor mínimo fisiológico del parto, se le suma en este caso el dolor provocado como consecuencia (entre otros factores, como la falta de movimiento) de la alteración del trabajo normal de las hormonas protagonistas del parto. 

¿Qué puede alterar el flujo normal de hormonas?

Hay muchas situaciones que pueden alterar la dinámica natural de tu parto, afectando negativamente al flujo necesario de hormonas: el miedo, la tensión, la inseguridad, la falta de confianza, la pasividad, las intervenciones innecesarias, o los valores y creencias erróneas que llevamos en nuestro subconsciente el día del parto. Todo ello puede causar un aumento del dolor del parto que haga que tu experiencia se acerque más al sufrimiento que a la satisfacción. 

El origen del dolor en el parto, por tanto, no hay que buscarlo únicamente en razones físicas.

Hoy hablamos de esas creencias negativas en torno al parto que llevamos almacenando en nuestro subconsciente durante toda nuestra vida. La educación y la cultura afectan a nuestra visión de las cosas y nos predisponen a sentir lo que la sociedad en general nos transmite. Llevamos una vida entera escuchando que el parto es dolor y sufrimiento, por lo que cuando cuando llegue el momento de dar a luz, con muchas posibilidades sentiremos dolor, ya que nuestro cerebro ha sido programado para que esas sensaciones sean dolorosas. El miedo al parto está muy presente en nuestra sociedad.

De esta forma, los factores culturales del dolor del parto conllevan una evaluación negativa de este: sufrimiento inútil, castigo, pérdida de control, influencia de fuerzas negativas, precio a pagar por tener un bebé, peligro para la salud y la integridad, peligro para el bebé, etc. Estas connotaciones nos llevan a percibir el dolor de forma negativa y con una tendencia a la fuga y a la retracción y al mismo tiempo esto reduce el umbral del dolor.

Trabajar sobre los aspectos culturales del dolor y su función, y sobre los miedos y bloqueos que cada madre tiene frente al parto, puede cambiar la evaluación negativa que tenemos a nivel cognitivo. Si cambia la actitud con la que la mujer interpreta y acoge el dolor, varía su percepción; el umbral del dolor vuelve a subir. Además cambia también la reacción afectiva, el dolor se percibe como algo positivo, como fuerza, como ritmo que nos acerca al momento de encuentro con nuestro bebé.

Por lo que positivizar el dolor del parto representa para la mujer uno de sus instrumentos endógenos más útiles. Con trabajo cognitivo, enfocado a cambiar creencias erróneas entorno al parto, podemos cambiar la química de nuestro cuerpo, actuando sobre el funcionamiento de las hormonas, y algunas de sus funciones neurofisiológicas más importantes. 

Hablaremos siempre de dolor como recurso, como sensación intensa, pero nunca como sufrimiento.

¿Cómo podemos cambiar estas creencias y trabajar nuestros miedos?

Maternando Piel con Piel

Formación profesional

  • Graduada en Psicología por la Universidad de Sevilla. 
  • Núm. Colegiada: AN10954.
  • Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad de Ávila. (Actualidad).
  • Especialización Salud Mental Perinatal por el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (Ibone Olza).
  • Especialización Lactancia Materna y Salud Mental por el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (Ibone Olza).
  • Asesora de Lactancia (EDULACTA).
  • Certificada como Profesora de Hipnoparto con el método Parto Positivo.
  • Experta Trastornos de la Personalidad por la Asociación para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia.
  • Curso de especialización Predicción psicológica forense del riesgo de violencia. Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
  • Curso de especialización Lenguaje no verbal y comunicación estratégica. Agrupación centro de cultura.