Se trata de un tema algo delicado, que en muchas ocasiones provoca situaciones incómodas, y que a algunas madres les cuesta más que a otras gestionar, pero oye, es momento de cuidar de ti misma, de tu posparto y del establecimiento del vínculo materno-filial con tu bebé, que acaba de llegar al mundo, al otro lado de la piel de mamá.
El embarazo es un estado fisiológico de 37 – 42 semanas en el que transcurren diferentes cambios hormonales, biológicos y metabólicos. Durante esta etapa se producen diversas modificaciones en la mujer, que requieren la adquisición de ciertos requerimientos nutricionales.
Si escuchamos las distintas narrativas de parto, nos damos cuenta de que cuando aparece la palabra “dolor”, esta no es descrita de la misma forma por cada madre: El dolor no es igual para todas las mujeres, cada una lo experimenta de una manera distinta.
La OMS habla de los beneficios de la lactancia materna como la mejor forma de nutrición para nuestros bebés, sin parangón, y así es, eso ya lo sabemos muchas de nosotras, estamos hartas de oírlo.
Sin duda, será la primera elección de muchas madres, ya que todas queremos lo mejor para nuestros hijos. Parece una decisión sencilla, pero ¿realmente es así de fácil? Pues NO.
La infertilidad o esterilidad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) como una enfermedad del sistema reproductivo que se caracteriza por la no consecución de un embarazo clínico tras 12 meses o más de relaciones sexuales sin empleo de métodos anticonceptivos. La prevalencia de infertilidad en España se estima en un 15-17%, cifras que van en aumento. Una de las causas principales de este aumento es la adopción de hábitos alimentarios no saludables.
Cuando oímos a otras madres hablar de sus sentires, y resuenan tanto con los nuestros, sentimos tranquilidad, parece que tenemos la necesidad de buscar a alguien más, además de nosotras, que reconozca que el embarazo, y posteriormente la maternidad, no es siempre color de rosas.
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Parece que no podemos separarnos de nuestro bebé ni un segundo, pide brazos a todas horas y cuando por fin se duerme, al dejarlo en su cuna, se despierta enseguida. ¿Qué está pasando?
Los bebés nacen preparados para llevar a cabo una serie de comportamientos de forma instintiva, por naturaleza, comportamientos que forman parte de nuestra biología y que nos llevan a desarrollarnos de la forma más óptima. Pero ninguno de estos comportamientos tiene sentido si no es sobre el cuerpo de la madre, el hábitat natural del recién nacido, su ecología (Nils Bergman).
